De un tiempo a esta parte
los insectos no sueñan la mañana enferma
un muerto que paga sus facturas
sigue siendo un buen ciudadano
los árboles aquí crecen
como intentando alejarse del suelo
la noche calcinada y cinco mil perros aullando
la suerte prolongándose en aristas
viscerándose.
Y hay algo cómico
en la forma en que gira el agua
obstinada del fregadero:
La demencia del Atlántico persiste
y dicen que se ha muerto Panero.
© Juvenal Machín Casañas